Aquellas blancas sombras en el bosque (María Gripe)
—¿NO te fías de mí? ¡Tienes que hacerlo!
La voz de Carolin era profunda y enérgica. Habíamos terminado de fregar y estábamos juntas en la salita que daba al comedor. Yo la ayudaba a secar las copas de cristal, que debían quedar perfectamente limpias, sin huella alguna de dedos o señal de haber sido secadas con un trapo o una bayeta… Sólo entonces las podíamos colocar de nuevo en el aparador.
Carolin cogió una copa y la miró al trasluz.
—Tienes que confiar en tu hermana mayor, ¿no lo comprendes?…
* Traducción: Ana María Oroz
* Editorial: SM
* Serie: Las sombras, n.º 2