El mirador: Memorias soñadas | Irène Némirovsky (Elisabeth Gille)
(MARZO DE 1937)
La niña acaba de nacer en un bonito piso de París. Imaginamos la cuna rodeada de hadas sonrientes: su madre, una escritora célebre, su hermana, el acabado retrato de la niña feliz, con su vestidito de bordado inglés y sus bucles rubios, de todo lo cual ella será el compendio, y después las criadas, nodriza, ama de llaves, camarera, cocinera…; por no hablar, además, del príncipe encantador, el padre, con su traje claro, los ojos tiernos, en la mano la copa de champán. Una adivinanza: ¿dónde está la bruja?, ¿bajo los rasgos de quién se oculta?…
(CAPÍTULO 1)
Siempre he encontrado violento el olor de los tilos que, sin embargo, en la literatura es suave y se sube a la cabeza en la dulzura de los atardeceres de las postrimerías del verano. Un olor que embriaga hasta la náusea, el olor que emanan las plazas de los pueblos en donde, por la noche, los jóvenes dan vueltas bajo la mirada adormecida de los viejos, sentados en los bancos, las manos enlazadas sobre el bastón. Un olor tranquilo de provincias entontecido por el bochorno del día…
* Traducción: Roser Berdagué
* Editorial: Circe