Diario de un mal año (J. M. Coetzee)
Toda explicación de los orígenes del estado parte de la premisa de que «nosotros» (no los lectores, sino algún nosotros genérico, tan amplio que no excluya a nadie) participamos en la creación del estado. Pero lo cierto es que el único «nosotros» que conocemos (nosotros mismos y las personas que nos rodean) nacemos en el estado; y nuestros antepasados, hasta tan lejos en el tiempo como podamos remontarnos, también nacieron en el estado. El estado está siempre ahí, antes que nosotros.
(…)
La vi por primera vez en la lavandería. Era a media mañana de un tranquilo día de primavera y yo estaba sentado, mirando cómo la colada daba vueltas, cuando entró aquella asombrosa joven. Asombrosa porque lo último que esperaba era semejante aparición; también porque el vestido rojo tomate que llevaba era asombroso en su brevedad…
* Traducción: Jordi Fibla
* Editorial: Mondadori