El buen ladrón (Hannah Tinti)
… El hombre llegó después de las oraciones de la mañana. Se corrió la voz de que había venido alguien, y los chicos de Saint Anthony se daban codazos unos a otros para poder observar mejor la escena cuando lo vieron desenganchar el caballo y llevarlo hasta el abrevadero. La cara del hombre no se podía ver bien, porque llevaba el sombrero tan calado que el ala casi le tocaba la nariz. Ató las riendas al poste, y se quedó allí de pie, dándole palmaditas al caballo en el cuello mientras bebía. El hombre esperó, y los chicos observaron, y cuando por fin la yegua levantó la cabeza vieron cómo el hombre se inclinaba hacia delante, acariciaba el hocico del animal y lo besaba. Luego se limpió los labios con el dorso de la mano, se quitó el sombrero y echó a andar por el patio hacia el convento…
* Traducción: Jesús Zulaika
* Editorial: Anagrama