Indigno de ser humano (Osamu Dazai)
… Vi tres fotografías de aquel hombre. La primera podría decirse que era de su infancia, tendría unos diez años. Estaba rodeado de un gran número de mujeres —imagino que serían sus hermanas y primas—, de pie, a la orilla de un estanque de jardín, vestido con un hakama de rayas ralas. Tenía la cabeza inclinada hacia la izquierda unos treinta grados y mostraba una desagradable sonrisa. ¿Desagradable? Tal vez las personas poco sensibles a los asuntos de belleza comentarían con indiferencia: «¡Qué niño tan gracioso!»…
* Traducción: Montse Watkins
* Editorial: Sajalín