Los viejos amigos (Rafael Chirbes)
… Pienso que mientras que, aquí, los dedos del frío nos esperan a la salida del restaurante para pellizcarnos, siguen creciendo las plantas y se abren las flores delante de mi adosado en Denia a pesar de lo avanzado de la estación, mediados de noviembre; o que el aire fue tenue la pasada mañana y me envolvió con su respiración templada y húmeda mientras Pedrito aparcaba el coche ante mi casa y cargábamos el maletín que yo había preparado con un par de camisas, ropa interior, la bolsa de aseo, lo necesario para la excursión de dos días, al tiempo que él, de pie junto al coche, apoyando la mano derecha en la superficie de la puerta abatible del portamaletas, decía: «Es verdad que la casa es pequeña, pero tienes una vista grande»…
* Editorial: Anagrama