París era una fiesta (Ernest Hemingway)
… Para colmo, el mal tiempo. Se nos echaba encima en un solo día, al acabarse el otoño. Teníamos que cerrar las ventanas de noche por la lluvia, y el viento frío arrancaba las hojas a los árboles de la Place Contrescarpe. Las hojas se pudrían de lluvia por el suelo, y el viento arrojaba lluvias al gran autobús verde en la parada de término, y el Café des Amateurs se llenaba y el calor y el humo de dentro empañaban los cristales. Era un café tristón y mala sombra, y allí se agolpaban los borrachos del barrio y yo me guardaba de entrar porque olía a cuerpo sucio y la borrachera olía a acre. Los hombres y mujeres que frecuentaban el Amateurs andaban bebidos casi siempre, o sea siempre que el dinero les alcanzaba; generalmente pedían vino, litros o medios litros…
* Traducción: Gabriel Ferrater
* Editorial: Seix Barral