El aliento del cielo (Carson McCullers)
Fue siempre como si tuviera un cuarto para mí solo. Sucker dormía en mi cama, pero no se entrometía en nada. La habitación era mía y yo la usaba como quería. Recuerdo que, en una ocasión, serré una trampilla en el suelo. El año pasado, cuando estaba en segundo de bachillerato, clavé con chinchetas en la pared algunas fotos de chicas, sacadas de revistas, y una de ellas estaba en paños menores. Mi madre nunca me llamaba la atención porque tenía que ocuparse de mis hermanos menores. Y Sucker pensaba siempre que todo lo que yo hacía estaba bien…
* Traducción: José Luis López Muñoz y María Campuzano
* Editorial: Seix Barral