El Gran Gigante Bonachón (Roald Dahl)
… Sofía no podía conciliar el sueño.
Un brillante rayo de luna asomaba al sesgo por entre las cortinas y daba justamente en su almohada.
Las demás niñas de la habitación llevaban varias horas descansando.
Sofía cerró los ojos y permaneció muy quieta, para ver si lograba dormirse.
Pero no le sirvió de nada. El rayo de luna era como un cuchillo de plata que se abriera paso por el cuarto hasta su misma cara.
La casa estaba en absoluto silencio. Desde abajo no llegaba ni una voz. Y en el piso de arriba tampoco se oían pasos.
La ventana que había detrás de las cortinas estaba abierta de par en par, mas nadie caminaba por las aceras de la calle. Ni un coche pasaba. No había manera de percibir el más leve sonido. Sofía no recordaba un silencio semejante.
Quizá, se dijo, fuera ésta la llamada hora mágica…
* Traducción: Herminia Dauer
* Ilustraciones: Quentin Blake
* Editorial: Alfaguara