La indomable Sophia (Georgette Heyer)
… El mayordomo, al reconocer a primera vista al único hermano vivo de la señora ―de lo que después informaría a sus subordinados, menos perpicaces―, se dignó a hacerle una reverencia a sir Horace y se creyó con derecho a decir que milady, pese a no encontrarse en casa para personas menos afectas, se alegraría de verlo. Sir Horace, sin dejarse impresionar por esa condescendencia, le entregó su sobretodo a un lacayo, su sombrero y su bastón a otro, dejó los guantes sobre la mesa de mármol y dijo que no le cabía la menor duda…
* Traducción: Gemma Rovira Ortega
* Editorial: Salamandra